Lorem ipsum dolor sit amet, conse ctetur adip elit, pellentesque turpis.

Teléfono: 661 713 329     Siguenos

Image Alt

Colegio Profesional de Ingenieros en Informática de Castilla y León

  /  Uncategorized   /  Torneo First Lego League CyL. Artículo de Juan Barras

Torneo First Lego League CyL. Artículo de Juan Barras

Este sábado, 22 de febrero, colaboramos el Torneo First Lego League (FLL) de Valladolid un desafío dirigido a escolares de todo el mundo de entre 6 y 16 años. En este torneo han participado 191 escolares procedentes de toda Castilla y León, principalmente de centros escolares de Valladolid, Salamanca, Segovia, Avila, Palencia, Soria y Zamora, que han ido acompañados de otros 33 entrenadores. En la organización han intervenido también 120 voluntarios entre árbitros, jueces, científicos, animadores y técnicos, la mayoría de ellos estudiantes universitarios.

Un total de 21 equipos, tres de ellos de edades comprendidas entre 6 y 10 años y otros 18 equipos de entre 10 y 16 años han trabajado varios meses en la construcción, con piezas Lego, de los robots que han tenido que superar distintas pruebas en el circuito de competición. Nueve de estos 21 grupos de escolares son de la provincia de Valladolid.

Como ya sabeis, el desafio planteado es Nature’s Fury. Los proyectos presntados han estado encaminados a responder ante los efectos de los desastres naturales: tormentas, terremotos, tsunamis. Los robots han tenido que resolver las situaciones que estos elementos descontrolados de la naturaleza provocan en zonas habitadas y contribuir a devolver la normalidad a su entorno.

El ganador del torneo fue ‘El Pinarillo’ del IES Pinar de la Rubia de Valladolid que junto a los ganadores del Torneo de Burgos representarán a Castilla y León en la Final Nacional de FLL.

Nuestro vicedecano, Jacinto Canales, hizo entrega en nombre del Colegio del “Premio al Comportamiento del Robot” que correspondió al I.E.S. Vasco de la Zarza de Ávila y nuestro compañero Juan Barras representó a CPIICyL participando como juez.

Juan Barras nos cuenta como se desarrolló esta parte de la competición y como vivió este torneo.

Este sábado, 22 de febrero, colaboramos el Torneo First Lego League (FLL) de Valladolid un desafío dirigido a escolares de todo el mundo de entre 6 y 16 años. En este torneo han participado 191 escolares procedentes de toda Castilla y León, principalmente de centros escolares de Valladolid, Salamanca, Segovia, Avila, Palencia, Soria y Zamora, que han ido acompañados de otros 33 entrenadores. En la organización han intervenido también 120 voluntarios entre árbitros, jueces, científicos, animadores y técnicos, la mayoría de ellos estudiantes universitarios.

Un total de 21 equipos, tres de ellos de edades comprendidas entre 6 y 10 años y otros 18 equipos de entre 10 y 16 años han trabajado varios meses en la construcción, con piezas Lego, de los robots que han tenido que superar distintas pruebas en el circuito de competición. Nueve de estos 21 grupos de escolares son de la provincia de Valladolid.

Como ya sabeis, el desafio planteado es Nature’s Fury. Los proyectos presntados han estado encaminados a responder ante los efectos de los desastres naturales: tormentas, terremotos, tsunamis. Los robots han tenido que resolver las situaciones que estos elementos descontrolados de la naturaleza provocan en zonas habitadas y contribuir a devolver la normalidad a su entorno.

El ganador del torneo fue ‘El Pinarillo’ del IES Pinar de la Rubia de Valladolid que junto a los ganadores del Torneo de Burgos representarán a Castilla y León en la Final Nacional de FLL.

Nuestro vicedecano, Jacinto Canales, hizo entrega en nombre del Colegio del “Premio al Comportamiento del Robot” que correspondió al I.E.S. Vasco de la Zarza de Ávila y nuestro compañero Juan Barras representó a CPIICyL participando como juez.

Juan Barras nos cuenta como se desarrolló esta parte de la competición y como vivió este torneo.

Como continuación del excelente artículo de Myriam al respecto del torneo de la FLL celebrado en Burgos, os paso a contar algo más de en qué consisten estos torneos, y cómo se ha desarrollado la edición de Valladolid de este año.

Tal como Myriam nos contaba, este año la competición estaba centrada en investigar y dar soluciones a los desastres naturales, y ello siguiendo las pautas que la FLL establece para los torneos: es necesario presentar un proyecto de investigación, diseñar y programar un robot que luego será utilizado en la competición por equipos, y por último, exponer cómo han asimilado los valores de la FLL y qué han aprendido de la experiencia de estos pasados meses.

Estos tres apartados fueron valorados por un equipo de jueces, en el cual tuve el honor de formar parte, asignando su correspondiente puntuación, que luego daría opción a cada equipo a recibir diferentes premios como Premio a las Jóvenes Promesas, Premio a los Valores FLL, Premio al Entrenador, Premio al Diseño del Robot, Premio al Emprendimiento, Premio al Proyecto Científico, Premio al Comportamiento del Robot y el Premio Fundación Scientia que corresponde al ganador.

Voy a tratar de reflejar en este texto lo que vi directamente de los equipos que tuve que evaluar con mi grupo de jueces, y lo que se comentó cuando nos reunimos los presidentes de cada grupo para elaborar la lista final de premiados.

Durante la exposición del apartado Valores FLL, cada equipo presenta ejemplos de cómo han aprovechado las ideas de sus miembros y cómo se han organizado y coordinado entre sí,  cómo han ayudado (o han sido ayudados) por otros equipos, cómo han integrado estos valores en su vida diaria, y qué es lo que han ido descubriendo más allá de los meros fines de esta competición. Aquí, los equipos son puntuados según cada juez valore su percepción de cómo han trabajado en equipo, cómo han sido de “profesionalmente corteses” entre sí y con los otros equipos, cómo han sido de eficaces a la hora de tomar decisiones, de fijarse objetivos y cumplirlos, y si realmente hay un espíritu de equipo. Personalmente, ha sido un placer comprobar que los equipos han logrado puntuaciones altas en este apartado: Es bueno que chicos tan jóvenes hayan interiorizado el valor del trabajo y respeto entre compañeros, porque tarde o temprano formarán parte de un mercado profesional que les va a exigir estos mismos principios.

Sin embargo, la exposición del Proyecto Científico fue algo más irregular, aun viendo que la calidad de los proyectos tiene un promedio alto: hay equipos que demostraron haberse documentado profusamente y de múltiples  fuentes, siempre bien seleccionadas; otros destacaron por haber profundizado mucho en el análisis del problema, y finalmente, otros propusieron soluciones muy innovadoras; el equilibro entre asimilación de información, análisis del problema y propuesta de implementación es complicado de lograr, y ahí destacaron quienes ya se han presentado en ediciones anteriores. 

A destacar la forma que en general presentaron los proyectos, algo que quizá los ya mayorcitos no hacemos bien, pero que resulta esencial hoy día en los ambientes profesionales.

El apartado más técnico es el del Diseño del Robot. Nuevamente aquí se revelaron diferencias entre novatos y veteranos: diseños más robustos, soluciones más sofisticadas (uso de diferenciales, herramientas de manipulación simples pero válidas para varias tareas, etc), empleo de la odometría frente a navegación basada en lectura de sensores, y una cuidada estrategia a la hora de seleccionar qué pruebas deben hacerse y en qué orden. Todo esto más tarde se vio refrendado cuando los equipos con mejores diseños fueros los que generalmente mayor puntuación obtuvieron en la competición robot a robot.

Siempre es difícil juzgar; más allá de las indicaciones y herramientas que la organización nos da para evaluar un trabajo, personalmente queda un resquicio a la duda de si se ha sabido interpretar todo el esfuerzo, implicación y talento que estos chicos y sus entrenadores han vertido en su proyecto. Desde aquí mi reconocimiento a su trabajo independientemente de los premios logrados, y mi enhorabuena al equipo ganador del I.E.S. Pinar de la Rubia.

En resumen, una grata jornada: da gusto ver a las nuevas generaciones asimilar conceptos tecnológicos, diseñar soluciones innovadores, aplicarlas en la práctica, y todo ello sin perder de vista valores como la búsqueda de la eficiencia, el trabajo en equipo, la inclusión de sus miembros y el respeto a los demás .

 

Post a Comment

dos × 3 =