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Colegio Profesional de Ingenieros en Informática de Castilla y León

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Entrevista a un colegiado: Rafael Bartolomé Maté

Ingeniero Informático, director de proyectos (Telecom & IT), iOS developer, viajero ocasional y adicto a los gadgets.

Corría aproximadamente el año 85 cuando, contando yo con apenas 11 años, mis padres decidieron regalarme un MSX. Desde entonces no he podido despegarme del teclado.

Ingeniero Informático, director de proyectos (Telecom & IT), iOS developer, viajero ocasional y adicto a los gadgets.

Corría aproximadamente el año 85 cuando, contando yo con apenas 11 años, mis padres decidieron regalarme un MSX. Desde entonces no he podido despegarme del teclado.

Estudié Ingeniería Informática porque sabía que iba a ser mi pasión, aunque por aquel entonces no tenía muy claro dónde me estaba metiendo. En Burgos, nadie de mi entorno había estudiado nada parecido y ni siguiera se podía cursar en mi ciudad, por lo que me mudé al campus de Deusto en Bilbao.

Mis primeros pasos como profesional

Después de terminada la carrera y cursado un máster en Telecomunicaciones de la mano de Telefónica, me trasladé a Madrid, donde empecé a trabajar en Tecsidel como desarrollador Java.

Un par de años más tarde, con la apertura del centro tecnológico de Boecillo en Valladolid, me reubiqué en Telefónica I+D, donde dejé poco a poco de pegarme con el código para realizar tareas más gerenciales. En su momento parecía la evolución lógica, hoy lo veo con otros ojos.

Aquí tuve los primeros contactos con el Colegio, participando fugazmente en la constitución del mismo y siendo uno de sus primeros colegiados.

Durante mis 10 años en Telefónica I+D la experiencia fue maravillosa: proyectos increíbles, viajes por medio mundo y algo de investigación. Y sobre todo, un equipo y unos compañeros con un talento que no tiene nada que envidiar al de ninguna otra compañía TOP del resto del mundo. Aquí arrancó y maduró mi pasión por los móviles y todas las tecnologías asociadas.

Mi etapa como director de proyectos

En el año 2010, pasé a formar parte de Ericsson en Madrid … y Panamá, y San José, y Dublín y Munich, y San Francisco, …. Aquí dejé definitivamente de “tocar máquina” para realizar únicamente labores de gestión: realización y ejecución de ofertas, gestión de productos, proyectos, recursos, clientes, coordinación, gestión económica, etc. 

Fueron años de muchos viajes y aprovechando mis estancias entre aeropuerto y aeropuerto decidí volver a ponerme a programar (aunque en realidad nunca lo abandoné del todo). Dado mi pasado “javero” y que había hecho algunos pinitos con Android decidí probar algo totalmente distinto y empecé a desarrollar para iOS.

Para mi sorpresa, descubrí que el ecosistema de Apple permitía a un “indie” distribuir fácilmente Apps y si tenías suerte, incluso conseguir cierta rentabilidad. Por suerte mis primeras Apps tuvieron un éxito relativo y eso me animó a continuar desarrollando Apps como autónomo mientras lo compaginaba con mi trabajo en Ericsson.

Vuelta al código

A finales del pasado año y con unos cuantos proyectos ya en cartera, decidí dar el salto y abandonar mi carrera gerencial en Ericsson para dedicarme a lo que verdaderamente me gusta, tirar líneas de código. Estaba comenzando el “boom” de las Apps y era el momento de intentarlo.

Medio año después me encuentro trabajando como “senior iOS developer” en una pequeña start-up llamada Critizen, donde tengo la suerte de compartir espacio con un increíble grupo de profesionales y con el que espero podamos conseguir los increíbles retos a los que nos estamos enfrentando. He pasado, en unos meses, del sistema rígido y burocrático de una gran empresa internacional a vivir sumido en un continuo caos diario de ideas, funcionalidades, requisitos y post-its, sobre todo muchos post-its.

Lo mejor de esta pequeña start-up es que se valora principalmente la excelencia técnica del equipo, dejando en nuestras manos la responsabilidad sobre la calidad, los plazos de entrega y el modo de trabajo. Es una estructura prácticamente plana, donde no hay jefes sino un par de leads que realizan una mera tarea de coordinación. Las decisiones se toman dentro de los equipos que intentan ser autosuficientes y autogestionados. Aún no hemos conseguido poner nombre al tipo de “agilísimo” que practicamos, pero desde luego el camino que estamos recorriendo resulta muy emocionante y totalmente distinto a lo que había experimentado hasta el momento.
 

http://linkedin.com/in/rafaelbartolome

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